martes, 4 de noviembre de 2008

EN EL GRAN CAFE TORTONI - BUENOS AIRES


Tradicional café de Buenos Aires fundado en 1858, está ubicado actualmente en la Avenida de Mayo 829, en el barrio Montserrat, en el edificio del ex “Palacio Unzué”, que alberga también a la “Academia Nacional del Tango” y el “Palacio Carlos Gardel”.

No se conoce con exactitud el origen de su nombre, ni quienes fueron sus fundadores y su lugar de emplazamiento inicial. Para muchos fue un inmigrante francés de apellido Touan que lo habría inaugurado en la esquina de Rivadavia y Esmeralda, con el nombre de “Tortoni” basado en un establecimiento del Boulevard des Italiens en París, donde funcionaba “Le Café Tortoni”, según figura en las postales de aquellos años.

Otra posible versión sostiene que fue fundado por Oreste Tortoni en la calle Defensa al 200. Esta posibilidad fue reafirmada por el historiador, poeta y periodista Enrique Puccia, nacido en Buenos Aires en 1941, al encontrar una guía de Buenos Aires donde el café aparece ubicado en la mencionada arteria, aunque el “Gran Mapa Mercantil de la Ciudad de Buenos Aires” de Rodolfo Kratzenstein de 1870, lo ubica en la esquina de Rivadavia y Esmeralda, siendo su propietario Monsier Touan.

En 1880 fue trasladado a su ubicación actual, con entrada por la calle Rivadavia. Recién en 1888 tuvo entrada por Avenida de Mayo, aunque fue inaugurada el 26 de octubre de 1894. En esos años el café había sido comprado por el francés Celestino Curutchet, quien le encargó al arquitecto noruego Alejandro Christophersen la construcción de la fachada, la cual permanece hasta el presente. En esos años lucía en el frente un cartel con el nombre de “Gran Café Tortoni”, el cual es en realidad su nombre completo y su razón social.

A partir del 24 de mayo de 1926 y hasta el año 1943, comenzó a funcionar “La Peña”, un grupo de pintores, escritores, periodistas y músicos, liderada por Benito Quinquela Martín. La misma utilizaba el subsuelo para sus reuniones, en el lugar donde se guardaban los vinos y de ahí proviene el nombre de “La Bodega del Tortoni”, donde actualmente se desarrollan los números artísticos.

Entre los asistentes habituales del “Tortoni”, según el sitio oficial del café en Internet, se recuerda a Alfonsina Storni, Alberto Mosquera Montaña, Quinquela Martín, Juan de Dios Filiberto, Jorge Luis Borges, Julián Centeya, Baldomero Fernández Moreno, Julio de Caro y González Tuñon y como visitantes ilustres a Carlos Gardel, Ben Molar, Hillary Clinton, Juan Carlos de Borbón, Robert Duval, Joan Manuel Serrat, Atahualpa Yupanqui, Ernesto Sábato y Bruno Gelber, aunque también es conocida la presencia de Arturo Rubinstein, Conrado Nalé Roxlo, Ricardo Viñes, Roberto Arlt, José Ortega y Gasset, Florencio Molina Campos, Lisandro de la Torre, Ernesto Palacio, Marcelo Torcuato de Alvear y su esposa la soprano Regina Pacini, Luigi Pirandello, Juan Manuel Fangio, Albert Einstein, Federico García Loca, Jacinto Benavente, Alfredo Palacios, Lola Membrives, Leopoldo Lugones, Eduardo Moreno, Emilio Pettorutti, Josephine Baker y Luis Perlotti, entre otros.


GARDEL CANTA EN EL “TORTONI”

Precisamente una sola vez cantó Gardel en el “Tortoni” y fue en ocasión de un homenaje a Luigi Pirandello. El dramaturgo italiano había llegado a Buenos Aires a mediados de junio de 1927 para actuar en el Teatro Odeón, siendo agasajado el día 25 en la antigua Bodega del café.

Un pormenorizado detalle de esta reunión, nos brinda el historiador y periodista porteño Carlos Szwarcer, en un artículo publicado en la Revista “Centro de Estudios Culturales” (CECAO) de Córdoba, del cual extraigo y compilo lo siguiente: Las crónicas de la época informan que hubo numeroso público, especialmente gente de las artes y las letras que concurrieron a la anunciada fiesta. Precediendo la llegada del agasajado ejecutó tres piezas clásicas el pianista Herberto Paz, recitó el poeta Soler Darás, cantó Antonieta Silveyra de Lenhardson y María Suasnabar interpretó al piano motivos folklóricos. Relató varias fábulas el Sr. Carlos Prina y el poeta Enrique Méndez Calzada realizó una charla humorística muy festejada. Más tarde el barítono ruso Gregorio Scetloff cantó dos composiciones populares.

La llegada de Pirandello se produjo poco después de la media noche, al concluir su función en el Teatro Odeón. Ingresó al “Tortoni”, en medio de calurosas manifestaciones de afecto, acompañado por parte de su elenco, la primera actriz Marta Abba, amante y musa inspiradora del escritor, la actriz Tiziana Malaberti, los actores Lamberto Picasso y Piero Carnabucci y el empresario teatral Sr. Alzati.

La bienvenida al futuro premio Nóbel de Literatura de 1934, estuvo a cargo del narrador y dramaturgo Roberto Mariani, en nombre de la “Junta Ejecutiva de La Peña”, quien presentó al invitado de honor, dando comienzo al acto especialmente preparado y que contaba también con la presencia del pintor Benito Quinquela Martín.

Antonieta Silveyra de Lenhardson, acompañada al piano por Herberto Paz, esta vez cantó dos composiciones de López Buchardo y Julia Puigdéngolas con Pedro Jiménez, secundados por el “dúo criollo” Gómez-Marino ejecutaron “danzas autóctonas”.

Como broche final se presentó Carlos Gardel, acompañado por sus guitarristas José Ricardo y Guillermo Desiderio Barbieri, interpretando “Mi noche triste”, “Rosa de Otoño” y “Senda Florida”. Los temas fueron excelentemente recibidos por Pirandello, quien escuchó con suma atención al estilista en aquellas canciones populares porteñas y pampeanas, temas así definidos por los diarios de la época. Al parecer, sin desmedro de los otros números artísticos, fue esta parte del espectáculo la que pareció disfrutar más el ilustre invitado. “Discreto y humilde”, de “parcos ademanes” y “sonrisa leve y melancólica”, se sensibilizó notablemente con la inigualable voz y el arte escénico de Gardel. Aseguran, algunos autores, rememorando esa noche, que hubo una singular expresión de admiración en el rostro del literato italiano al escuchar al cantante argentino que desbordaba vitalidad y una carrera artística en pleno ascenso.

Al finalizar su actuación Gardel y sus guitarristas debieron retirarse para hacer frente a otros compromisos. Finalmente interpretaron Marta Abba y Lamberto Picasso una escena de la comedia dramática de Pirandello “Il placere dell’onestá”, que fue muy aplaudida. Mientras las agujas del reloj rondaban las dos la madrugada cerró el acto el dramaturgo homenajeado con breves palabras de agradecimiento a los artistas argentinos. También la prensa italiana se haría eco de este acontecimiento cultural mencionando, a tal efecto, las “canzoni popolari di Carlo Gardel”.

Carlos Szwarcer también sostiene que anteriormente en una recepción a Jacinto Benavente cantaron Carlos Gardel y José Razzano. El dramaturgo español, en gira por el continente americano, había llegado a Buenos Aires a mediados de 1922 y se presentaba en el teatro Avenida. Ciertos seguidores y detallistas de la vida del cantante aseguran que aquel encuentro en honor a Don Jacinto y en el que el dúo finalizó con la canción “Mano a Mano”, se habría producido en el “Café Tortoni”.

Al respecto nos dice Miguel Ángel Morena en su libro “Historia Artística de Carlos Gardel”, que en el mes de mayo de 1922, Jacinto Benavente es invitado de honor por las autoridades del “Colegio Internacional de Olivos” a la grata fiesta que se ofrece al campeón de natación Romeo Maciel. Asisten a la misma Roberto Casaux, Alberto Norvión, Belisario Roldán, José González Castillo y Conrado Nalé Roxlo, entre otros. Y para que el escritor español pueda apreciar el genuino arte de nuestro pueblo, se les invita a actuar a Gardel y Razzano, quienes a dúo interpretan “La yegüecita”, “La criolla”, “Mirala como se va” y “La pastora”, mientras que Gardel solo interpreta los estilos “El pangaré”, “Suena guitarra querida”, “La mariposa” y algunos tangos. No queda aclarado entonces si la actuación del dúo Gardel-Razzano se produjo en el “Colegio Internacional de Olivos” o en el “Tortoni”.


HOMENAJES A CARLOS GARDEL

Varios son los bustos, cuadros, fotografías, revistas y recuerdos que se exhiben en el “Café Tortoni”, de quienes fueron sus visitantes a través del tiempo. Entre ellos los del más grande cantor de todos los tiempos.

Estatua de Carlos Gardel en tamaño natural, junto a Alfonsina Storni y Jorge Luis Borges, realizadas por el artista plástico argentino Gustavo Fernández, con el apoyo de Art San Michel, París, Francia, en el año 2006. Ubicada en un rincón del café, Gardel está de pie, vestido con traje cruzado y corbata, compartiendo con los escritores la escena alrededor de una mesa, donde está colocada una placa alusiva con la leyenda siguiente: “Art San Michel con sede en París – Francia, decidió apoyar el proyecto presentado por el escultor argentino Gustavo Fernández de donar sus obras como forma de homenaje al “Café Tortoni”. La original propuesta artística permitió recrear a tres de los personajes ilustres que frecuentaban el café: Jorge Luis Borges, Carlos Gardel y Alfonsina Storni. Con esta muestra, el “Tortoni” quiere además agradecer a las cientos de personas que cada día buscan ser parte de la maravillosa historia que encierran las paredes del café más antiguo de Buenos Aires”.

A la izquierda de la escena anterior, sobre una pared, se encuentra un busto de bronce de “El Zorzal Criollo”, sonriente, con sombrero y pañuelo al cuello, realizado por el escultor y orfebre catalán Andrés Sabaté Oliver. La placa tiene la leyenda: “A. Sabaté Oliver – escultor orfebre”.

Andrés Sabaté Oliver nacio en Santiago de Chile el 21 de febrero de 1908, residiendo en nuestro país desde el año siguiente. En la presentación formal del Periódico Cultural Mensual en Internet “Recuerdos Gratos”, del 22 de septiembre de 2003, su directora Diana Oves, escribe lo siguiente: “El lunes 15 de septiembre de 2003, presentamos formalmente este periódico, Recuerdos Gratos, con la concurrencia de queridos amigos, entre ellos Ben Molar (designado padrino del periódico), el escultor Andrés Sabaté Oliver (95años, una polenta y un talento impresionante), algunos de nuestros columnistas y publico en general”.

En la misma columna donde se encuentra el busto, encontramos un dibujo fechado en 1985, obra del Doctor Luis Alposta, miembro de la Academia Nacional del Tango y de la Academia Porteña del Lunfardo. Hábilmente realizado con trazos ligeros y simples, representa la imagen inconfundible del rostro de Gardel. Debajo de la firma del Doctor Alposta, hay una leyenda, escrita en cursiva que dice: “Cuando se eleva tu canto, cómo se aclara la vida...”, tomado de la canción “Guitarra mía”, de autoría del propio Gardel con letra de Alfredo Le Pera, que ambos compusieran para la película “El día que me quieras” y que fuera el último tema que llevara al disco Carlos Gardel cuando lo registrara el 20 de marzo de 1935 en New York, con las guitarras de Guillermo Desiderio Barbieri, José María Aguilar y Ángel Domingo Riverol.

Otro homenaje a Gardel, es una carbonilla realizada por Ángel Fadul (1924-1988), que data de
1947 y que se encuentra en el salón principal del café.

Gardel se presenta de de tres cuartos de perfil derecho y con el nudo de su corbata aflojado y torcido hacia su derecha.

Gracias a la gentileza de mi amiga Clara Koser, que en su visita a Buenos Aires en mayo de 2010, visitó el "Gran Café Tortoni", y me hizo llegar la fotografía de la misma.



Detrás del mostrador puede observarse un hermoso cuadro fileteado con la imagen de Gardel en el centro. Obra de Theodil-Deneu, tiene escrita la leyenda “Café Tortoni - Porteño como Carlitos”.

De una serie de pinturas denominada “Homenaje al Tango”, realizadas en 1975, se expone un aguafuerte, obra de la afamada grabadora Ana María Moncalvo, donde junto al rostro de Carlos Gardel, aparecen los de José Razzano, Guillermo Desiderio Barbieri e Irineo Leguisamo, estos últimos en tamaño menor.

Nuevamente le agradezco a Clara Koser el envío de la correspondiente fotografía, donde puede leerse en el margen inferior izquierdo de la misma: De la serie Homenaje al Tango. "Carlos Gardel, cantor. José Razzano, Cantor. Guillermo Barbieri, Guitarrista. Irineo Leguisamo. Jockey".

Cabe recordar que Ana María Moncalvo, nacida en 1921, Académica de Número de la “Academia Nacional de Bellas Artes”, realizó exposiciones en New York, Washington, Madrid, Barcelona, Lugano, Berna, Zurich, Ginebra, Tokio, Cracovia, La Habana, Méjico y Río de Janeiro, recibiendo una gran cantidad de distinciones.

El último recuerdo de Gardel en el Café, declarado como “Sitio de Interés Cultural” por el “Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires” en 1995, es para el tango “Viejo Tortoni”, compuesto por Eladia Blázquez, con letra del poeta Héctor Negro:
“Se me hace que escucho la voz de Carlitos,
desde esta Bodega que vuelve a vivir”

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