lunes, 10 de enero de 2011

EN LA HELADERÍA SAVERIO – BUENOS AIRES

Fue fundada en 1909 por Francesco Saverio Manzo, un inmigrante nacido en Salerno, Italia.

En su domicilio particular sito en la avenida San Juan al 2700, casi esquina Jujuy, Francesco dio a conocer sus helados caseros, de gran aceptación por parte de sus vecinos, por lo cual comenzó a fabricarlos para su comercialización.


Luego del fallecimiento de Francesco Saverio Manzo, su hijo Antonio continuó con el negocio, el cual funcionó hasta el año 1966 en la casa particular de la familia, para luego mudarse a su actual dirección en la avenida San Juan 2816.


En la actualidad es una empresa denominada “Saverio Helados S.A., abriendo sucursales y ampliando su actividad con la elaboración de postres helados, sundaes, copas heladas, cafetería, servicio de catering, y la línea de productos gastronómicos que vende a restaurantes y confiterías, siendo también proveedora de varias compañías aéreas.


Según cuenta Enrique Cadícamo en “Mis memorias”, Carlos Gardel solía frecuentar la heladería.

Con el actor Ricardo De Rosas, hermano de Enrique, pensando en Gardel, habíamos bosquejado una comedia con intercalaciones de tangos, con miras a una película, a la que habíamos titulado “Cantó un zorzal en París”, y que nos había parecido muy apropiada para él por tratarse de la biografía de un supuesto cantor de tangos.

Hablamos con Razzano para que le hiciera conocer a Gardel nuestro deseo y una noche el cantor nos manda buscar con su chofer El Aviador, quien nos lleva en la flamante convertible Chrysler que había traído de París en este último viaje, a la famosa heladería “Saverio” de la calle San Juan, donde el divo acostumbraba ir frecuentemente a tomar helados.

Lo hallamos en una de las mesas de la vereda con Razzano. Nos recibió sonriente y afectuoso recomendándonos de entrada “los de limón”, mientras comenzamos a contarle en forma sintética de qué se trataba el argumento. Nos escuchaba con entusiasmo y al terminar de esbozarle la idea nos felicitó.

Durante el tiempo que estuvimos conversando, Gardel no dejó en un solo momento de comer helado tras helado. Al levantarnos para irnos, y luego de firmar los autógrafos a algunos admiradores, nos llevó en su auto al centro.

Cabe recordar que Carlos Gardel le grabó 22 temas a Enrique Cadícamo, los cuales fueron los tangos, Al mundo le falta un tornillo, Anclao en París, Aquellas farras, Callejera, Che Bartolo, Che papusa oí, Compadrón, Cruz de palo, De todo te olvidas, Dos en uno, El que atrasó el reloj, La novia ausente, La reina del tango, Madame Ivonne, Muñeca brava, Pituca, Pompas, Vieja recova y Yo te perdono; los valses, La divina dama y Ramona; y el fox-trot Yo nací para ti, tú serás para mí.

 
Un poster con la imagen de Carlos Gardel con atuendo de gaucho y tocando la guitarra, con parte del texto de las memorias de Cadícamo, homenajea al gran cantor, más como publicidad del negocio que otra cosa.

Esperemos que en un futuro se coloque alguna placa que recuerde las visitas de Carlos Gardel a la heladería.
 

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