sábado, 11 de julio de 2015

En el Café de los Angelitos - Buenos Aires




Está ubicado en la Avenida Rivadavia 2100, esquina calle Rincón, en el barrio porteño de Balvanera.


Entre la leyenda y la tradición oral, habría sido fundado hacia 1890 por el italiano Batista Fazio con el nombre de “Bar Rivadavia”, siendo primitivamente refugio de malandras, compadritos y caferatas, verdaderos angelitos como los habría apodado un comisario de Balvanera.


Jorge Bossio en su libro “Los Cafés de Buenos Aires”, sostiene que la denominación de angelitos parece que le viene de una costumbre que tenía cierto comisario de Balvanera de expresar a sus subordinados: Vamos, muchachos, a ver si nadie se salió de la vaina en el Café de los Angelitos, en clara alusión al elemento que se daba cita en el local.


Por 1919 lo adquirió el español Angel Salgueiro, quien lo habría decorado con dos angelitos de yeso, dando así su origen al “Café de los Angelitos”, tal vez basado en la anécdota del comisario, aunque también pudo haber incidido su propio nombre de pila, Angel.


Entre los que frecuentaron el café, estuvieron en distintas épocas los payadores Gabino Ezeiza, José Betinotti e Higinio Cazón, los cantores Carlos Gardel y José Razzano, los actores Roberto Casaux, Florencio Parravicini y Elías Alippi, los músicos Julio de Caro, Osvaldo Pugliese y Aníbal Troilo, el poeta Carlos de la Púa, los políticos Juan Bautista Justo y Alfredo Palacios y los multifacéticos José Ingenieros, Manuel Gálvez, por citar a los más destacados.


Varias son las anécdotas de Carlos Gardel en el “Café de los Angelitos”, como ser que fue allí uno de los lugares donde el querido cantor se relacionó con Gabino Ezeiza y José Betinotti.


Se afirma también que en una noche del año 1917, el dúo Gardel-Razzano fue contratado por Mauricio Goddart, director artístico del sello “Odeón”, iniciando así sus grabaciones en dicho sello.

Una noche, celebrando una victoria de su caballo “Lunático”, Gardel invitó a sus amigos al festejo con un puchero que duró hasta el amanecer del día siguiente.

Lo cierto es que en 1944, José Razzano (Montevideo, 25/2/1887 - Buenos Aires 30/4/1960) y Cátulo Castillo (6/8/1906 - 19/10/1975) compusieron el hermoso tango “Café de los Angelitos”, popularizado principalmente por la orquesta de Aníbal Troilo con su cantor Alberto Marino y en la voz de Libertad Lamarque con la orquesta de Alfredo Malerba.


La letra ayudó en rescatar del olvido al histórico café, recordando la presencia de varios payadores, resumidos en el estribillo sólo en Gabino Ezeiza e Higinio Cazón, por cuestión de rima con la calle Rincón, como así también los gritos con los tiempos de Carlitos, sin quedar claro si los tiempos de Gardel, fueron o no los mismos tiempos de los payadores.

Hay que tener en cuenta que Higinio Cazón falleció en 1914, José Betinotti el 21 de abril de 1915 y Gabino Ezeiza el 12 de octubre de 1916, o sea cuando “Catulín” era un pibe de entre 8 y 10 años, mientras que “El Oriental” tenía  entre 27 y 29 años, lo cual me hace pensar que de los compositores, Razzano fue el único testigo de la presencia de los payadores en el café, lo cual no necesariamente implica que Gardel también lo fuera, pues Razzano por su edad, pudo haber frecuentado el lugar antes de conocer a “El Morocho” en 1911.

Notemos por un lado que la anécdota del contrato con Odeón es de 1917, cuando los payadores ya habían fallecido y por otro lado que “El Morocho” vivió a poco más de una cuadra del café, en la calle Rincón 137, recién entre 1926 y 1928.


Según las fuentes bibliográficas consultadas en “Wikipedia”, Carlos Gardel y José Razzano establecieron en 1912 la mesa de su barra en el “Café de los Angelitos”, hasta comienzos de los años 30.


En una nota del diario “La Nación” del 2 de mayo de 1960, por el fallecimiento de Razzano, publicada en el libro “José Razzano - De la sombra al protagonismo”, de Carlos Ríos y Javier Penelas, el periodista evoca los encuentros de los cantores en el café y la gira a España a fines de 1923.


El inexorable paso del tiempo, los cambios en las costumbres y los gustos personales de la gente, hizo que el café dejara de ser un negocio rentable, hasta había llegado a cambiar su nombre, reemplazando el café por “Múnich Los Angelitos”.




Carlos Gardel seguía siendo homenajeado en un hermoso retrato mural, ubicado detrás del escenario, acompañado por Aníbal Troilo y Tito Lusiardo, oportunamente captado para el recuerdo por las actuaciones de diversos cantores.


Héctor Huet subió a su face el 18 y 20 de mayo de 2015, la presentación del cantor Alfredo Sáez, que había sido filmada por el coleccionista Antonio D'Agostino, aproximadamente en 1990.






El cantor César Maciú con el acompañamiento del bandoneonista Oscar Bassil, aproximadamente en 1991.



El bandoneonista Abel Saldías y el cantor Jorge Borel en 1991.


Un día de 1992 (1993, según otras fuentes), el “Café de los Angelitos”, cerró sus puertas, permaneciendo abandonado y empalizado por temor a un derrumbe, que finalmente se produjo en una noche tormentosa en el año 2000.


Pero tras largos años de espera, el “Café de los Angelitos”, fue remodelado totalmente y el 19 de junio de 2007 reabrió sus puertas en función privada y al día siguiente para el público.




Abierto las 24 horas, puede frecuentarse para tomar un café, o concurrir a los actuales espectáculos cena-tango-show, no orientados a los tangueros, sino a sectores más acomodados o al turista, reemplazando el tango bien bailado con sentimiento, por la coreografía casi circense, lejana de su esencia.




Luego de su reapertura, Carlos Gardel figura en varios cuadros y fotografías, entre las 350 que decoran el “Café de los Angelitos”, como ser las siguientes:


► Una muy buena pintura del “Zorzal Criollo”, del que lamentablemente no alcanzo a identificar a su autor.


Está ubicado en la planta baja del local, unos metros delante del escenario.

 




Siendo visible incluso desde el exterior del café.


Es posible que el artista se haya inspirado en una foto de las que tomara el fotógrafo José María Silva.


► A la izquierda, Gardel aparece junto a su entrañable amigo, el jockey Irineo Leguisamo.


► Más a la izquierda aún, se lo ve a “El Morocho”, con Juan de Dios Filiberto, Enrique Santos Discépolo, Gabino Ezeiza y Tita Merello.



► A la derecha, siempre en referencia a la foto central, puede observarse a Gardel junto a Rosita Moreno. 



► En un mismo panel, vemos al dúo Gardel-Razzano y debajo otra foto de Gardel con Rosita Moreno, de la película “El día que me quieras”.


► Subiendo las escaleras, nos encontramos con Gardel y las “Rubias de New York”, del filme “El tango en Broadway”.


► En otro tramo de las escalinatas, Gardel y su amigo Alfredo Le Pera, autor de la letra y guionista de sus últimas canciones y películas, respectivamente.


► En un pequeño salón del local, vemos al Gardel turfístico de “Tango Bar”.


► Detrás del cantor Javier Astrada, puede verse otra conocida foto de "El Morocho".


En 2004, el “Café de los Angelitos” fue declarado “Sitio de interés cultural”, por la “Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.


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